Mi invitada de hoy es de esas personas GUAU, de las que te deja boquiabierta cuando cae ante ti su semblanza y reparas, que además de lo que ahí está escrito, participa en mil y una cosas con las que está especialmente comprometida. Por supuesto, además de ser madre, esposa, hija, amiga, etc…A mí personalmente me da un poco de envidia (de la sana) por todos los frentes que atiende desde la profesionalidad y el rigor. Eva es de esas personas que te encanta darte cuenta de que la tienes en tu agenda del móvil. Cuando la llamas siempre te atiende y, si no puede, te pasa un mensajito diciendo que te llama luego.
El que Eva ocupe cargos como la Vicepresidencia de CEIM, Vicepresidencia de la Cámara de Comercio de Madrid (es la primera mujer que ha ocupado este cargo en la historia de la Cámara), Presidenta de una de las Asociaciones de Mujeres con más historia en nuestro país, ASEME, desde hace casi 8 años, además de dirigir su propio despacho de abogados. Me enorgullece y me hace feliz reparar que alguien tan especial y competente esté al frente de esos puestos ¡os aseguro que es fantástico! Conociendo a Eva, siempre va a buscar lo mejor para todo el mundo. (Os dejo su enlace a LinkedIn para que la conozcáis un poquito mejor).
Eva es una mujer tremendamente comprometida con la igualdad. Igualdad de la sana, de la que construye, de la que se hace hueco sin quitar a nadie. Tiene claro que el hombre y la mujer son necesarios ambos y siempre busca la equidad constructiva, sin olvidarse de denunciar y trabajar por todo aquello que la sociedad necesita en este campo.
Soy madre de Álvaro (21) y Lucía (19) y quiero para ellos un mundo más justo, donde no haya que hablar de igualdad ni de derechos especiales como llevamos haciendo muchos años. Quiero esas oportunidades por meritocracia, porque seas el mejor o la mejor para obtener ese puesto, por el que te has esforzado para llegar ahí, y no por ser hombre o mujer tengas un tratamiento distinto. Quiero que mi hija y mi hijo ganen lo mismo en el mismo puesto y en el caso de Lucía, que no tenga que demostrar más, o trabajar más horas por ser mujer y para que se le reconozca su valía, como nos ha pasado a nosotras. O que si además de ser inteligente, trabajadora y guapa, no se le juzgue diciendo que ha llegado ahí por su cara bonita (por ponerlo finamente).
Es cierto que nos queda mucho por andar, pero se agradece que gente como Eva, tan preparada, tan justa y humana, estén al frente de estamentos y cargos socialmente tan importantes. Te da garantías de que su discurso en todo momento va a ir unido al sentido común y a la justicia, buscando siempre el encuentro de todas las partes.
Me encantó cuando Eva y otras miembros de la Comisión Mujer y Diversidad del Club Financiero, éramos unas 6 personas, empezamos a trabajar por conseguir que todas las asociaciones de mujeres tuviéramos unos objetivos centrales comunes, aunque luego cada una luchara por una peculiaridad específica o un tema concreto, pero que además el eje y la base fueran siempre en la misma dirección. Desgraciadamente por la pandemia lo tuvimos que dejar. Esperamos poder retomarlo en breve.
No quería despedirme sin contaros que el GUAU más especial de Eva no es solo la parte profesional, también en el lado humano es de matrícula de honor. Cercana, sencilla, dicharachera, dispuesta, comprometida, acogedora y sobre todo, muy buena gente.
Gracias Eva por querer tomarte un café conmigo. Aquí os dejo el artículo de Eva.
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Hace ya algunos años, tuve la oportunidad de conocer a una gran mujer y empresaria, Alicia Gracia de byperson. De ella destaco su sonrisa, su humanidad, y sus ganas por el buen hacer, gran mujer y profesional.
Desde hace años, en estos tiempos en los que siempre vamos con prisas, todos son mensajes de WhatsApp, o e-mails, no ha dejado de mandarme un Christmas por Navidad. El Christmas de Alicia y de byperson, algo que parece tan simple, para mí denota humanidad y valores que, lamentablemente en la actualidad, no son fáciles de encontrar.
Nos hemos acostumbrado a ir muy deprisa, a no mirar a la gente a la cara, a no dar las gracias, a no decir buenos días o buenas tardes. Da igual que sea en un ambiente coloquial o en un ambiente profesional, determinados valores y actitudes que nos humanizan, no podemos perderlos, porque afectaría a nuestra esencia y razón de ser.
Porque en esta vida además de ser, ser personas, tenemos que aprender a estar, porque TODOS somos una pieza que encaja en el gran puzle que forma la sociedad y no hemos venido a este mundo solo para estar, sino también, para ser.
La vida larga o corta, es una gran oportunidad que todos y cada uno de nosotros tenemos que aprovechar.
No estamos simplemente y ya está. Debemos hacer que con nuestras acciones podamos mejorar el camino de los que están por llegar y mejorar nuestro ebitda de satisfacción y felicidad.
Porque a pesar de lo que piensan muchos, lo único que se lleva nuestra alma una vez que dejamos este mundo, es la satisfacción de lo hecho y vivido.
Por ello, soy firme defensora de devolver a la sociedad lo que recibes, empatizar con el prójimo y no mirar para otro lado, de esta forma, conseguiremos dejar un mundo mejor.