Mi invitado de hoy Fernando Pérez Casado, es de esas personas que si hubiera más como ella en esta sociedad, el mundo iría mucho mejor…Solo necesitas hablar un minuto con él, para darte cuenta que detrás hay una gran persona.
En junio del 2012, nuestro cliente Nielsen, organizaba un torneo de Golf al que invitaba a todos sus clientes y colaboradores que practicaban este bonito deporte. Los premios de las diferentes categorías, los aportábamos los proveedores y colaboradores de Nielsen.
En esa época llegaron al mercado los primeros libros digitales o e-books, y a byperson le pareció un regalo muy apropiado para la ocasión. Lo compramos en unos grandes almacenes y pusimos en su interior una tarjeta mía, además del ticket regalo por si decidían cambiarlo por otra cosa, que les pudiera venir mejor.
Soy una defensora del ticket regalo ¡debería de ser obligatorio! ¿cuántas veces nos regalan cosas con la mejor de las intenciones, pensando que nos van a encantar, y cuando abrimos el paquete nos dan ganas de salir corriendo, simplemente tienes algo muy similar, o quizás, necesitas otras cosas en ese momento? y es una faena para el que regala, que después del esfuerzo económico y de tiempo que ha empleado en comprarlo, se quede en una bolsa.
A Fernando este detalle le pareció igual de útil que a mí, y fue la causa que me enviara un email donde nos agradecía el gesto de poner el ticket regalo, ya que hacía poco tiempo que le habían regalado uno exactamente igual que el nuestro y eso le permitió cambiarlo por otra cosa y así acordarse de byperson.
Podemos decir que un ticket regalo fue el comienzo de una relación que después de 10 años, todavía mantenemos. En aquella carta de agradecimiento, también se ponía a nuestra disposición por si en algún momento necesitábamos algo de Daikin AC Spain y al contarle a lo que nos dedicábamos, nos puso en contacto con las personas de su compañía que llevaban nuestros temas. Nos costó 4 años que confiaran en los Servicios de byperson y a fecha de hoy, todavía seguimos encantados con ellos. Es un cliente maravilloso, cercano y muy humano con nuestro personal, que, aunque parezca obvio, en el mundo del outsourcing, te encuentras con gente que parece que nuestro equipo es invisible.
Si hay algo que destacaría de Fernando es su amabilidad, cercanía y exquisita educación. Si, educación, ese bien tan escaso y preciado en nuestros días… Durante aquellos 4 años hasta que entramos en Daikin AC Spain, toda la comunicación de byperson con mi invitado de hoy, fué a través del mail, newsletter, algún artículo del blog, invitaciones a eventos organizados por byperson, o simplemente, una felicitación navideña. Fernando siempre te contestaba agradeciendo el que contaras con él para todas esas cosas. Siempre tenía una palabra apropiada, deseándote suerte a ese evento, o simplemente comentando algo relativo a esa comunicación. (Hablo en pasado pero lo sigue haciendo).
En estos tiempos donde estamos sobrecargados de información y nuestros buzones de correo están llenos de cosas importantes, urgentes, aburridas, invasivas o interesantes que no puedes ni leer y que te envías a casa, por si en algún momento puedes hacerlo, es de agradecer que alguien se tome la molestia de contestar a todo.
Pero no vayáis a pensar que mi invitado de hoy es de esas personas que les sobra el tiempo. No. Ingeniero Técnico Industrial que por su carisma y personalidad, ha hecho una gran carrera en el área Comercial (En la actualidad es director de la zona Oeste, que engloba casi la mitad del territorio nacional, teniendo que viajar bastante).
Junto a Pilar su esposa, son padres de 3 hijos Natalia, Rodrigo y Fernando, que como dice su padre, este último: “es quien marca el día a día de la casa”. (A los pocos meses de nacer sufrió un infarto cerebral con importantes secuelas que le han hecho dependiente para el resto de su vida). No me digáis ahora que conocéis un poquito más sobre él, que no es para valorar mucho más la forma de ser de mi invitado de hoy.
Siempre que voy a Daikin AC Spain intento preguntar por él y si coincidimos, nos ponemos al día. Además, como es una persona muy curiosa a la que le encantan los nuevos retos y seguir formándose, cuando su agenda se lo permite, intenta pasarse por los Congresos que patrocina byperson sobre gestión del cambio (siempre hay ponentes de los que se aprende mucho y sacas ideas) Pero la cita más entrañable, la que nunca falta, es en Navidades, cuando me obsequia con el calendario del colegio de Fernando, su hijo. Un calendario con fotos preciosas de los niños del Colegio San Rafael de los Hermanos de San Juan de Dios; con famosos, abuelos, deportistas o temas diferentes….Si queréis ver en gran formato las fotografías del calendario 2022, están expuestas en los pasillos de la planta baja del Hospital San Rafael de Madrid.
Fernando gracias por todo, por mostrarnos que a pesar de tener la vida un poquito más complicada que el resto, tú siempre das una lección de aceptación, ilusión y disfrute de la familia y de la vida.
Mil gracias Fernando Perez Casado por querer tomarte un café conmigo.
Aquí os dejo el fantástico artículo de Fernando.
¿Quieres echar un vistazo a los cafés de otras ediciones?
Ya ha descrito Alicia cuál fue nuestro punto de encuentro hace diez años. Ella tuvo uno de esos detalles que no cuestan nada y con los que consigues sacar una sonrisa extra a la gente. Por esa razón le escribí el correo de agradecimiento. Desde entonces ese es el concepto que tengo de ella y de byperson, el de alguien que te ayuda a conseguir lo que necesitas. Poco después, Alicia llamó a la puerta de Daikin AC Spain y tras intentarlo fervientemente durante una larga temporada consiguió que nuestras empresas acabaran colaborando hasta el día de hoy. Cuando vas cumpliendo años sabes que antes de recomendar a alguien no viene mal contar hasta tres, en el caso de byperson sé que es apuesta segura.
Por eso desde que empezó su sección “Tomando un café con …” he leído como han pasado distintos protagonistas de muy diversa procedencia pero todos ellos con amplio bagaje a sus espaldas. Cuando me propuso aparecer aquí, lo primero que le dije es que esto del café me venía muy grande. Me imponen mucho respeto las personas que son capaces de comprometerse por los demás dejando su propia vida en un segundo plano. Mi compromiso se reduce a un círculo quizás no tan pequeño en el plano profesional pero sí bastante más reducido en el personal.
Pero el tiempo que he tenido durante mi segundo período de confinamiento durante esta dichosa pandemia ha hecho que le diera un pensamiento y aquí estoy. A pesar de que uno es muy consciente de sus limitaciones, creo que en mayor o menor medida todos tenemos algo que aportar, ya sea por conocimiento o por simple experiencia de vida.
Y si me centro en experiencia, tengo claro lo que más ha marcado mi vida hasta este momento. A los pocos meses de haber sido padre por tercera vez, mi hijo Fernando sufrió una meningitis y durante varios días no tuvimos nada claro cuál iba a ser el desenlace final. Aquello derivó en un infarto cerebral y aunque fue capaz de seguir adelante las secuelas motoras, visuales y cognitivas fueron muy importantes. Al salir del hospital empezó un largo peregrinar por médicos, fisioterapeutas y terapias de todo tipo. Un viaje que trece años después, a día de hoy seguimos recorriendo y que somos conscientes que no tendrá fecha de vuelta. Al principio mucha gente cercana te preguntaba que qué decían los médicos, qué hasta dónde podría llegar y nunca sabía qué decir porque nadie tenía esa respuesta. Sí me quedó grabado el comentario de un neurólogo del que guardamos muy grato recuerdo: “si Fernando es capaz de sentarse en el suelo por sí solo antes de los tres años podrá andar”. La persistencia y entrega de su madre en todo este tiempo ha hecho que hayamos podido disfrutar de avances que un día parecían inalcanzables y que siempre hemos celebrado como grandes triunfos. Sólo tengo que cerrar los ojos para ver de nuevo como con cinco años dio sus primeros pasos o como desde hace unas semanas ha sido capaz de ponerse él solo sus gafas.
El ser padre de un niño con discapacidad hace que todo lo veas de otra forma. Te preguntarás un sinfín de veces que por qué le ha tocado a él, pero ninguna respuesta te parecerá válida. Te enfrentas a situaciones que de ninguna manera te las puedes imaginar hasta que no las vives en primera persona. El paso del tiempo hace que lo asumas pero no que dejes de pensar lo injusta que puede ser a veces la vida. Cada vez que pasamos juntos por el parque que tenemos al lado de casa, veo un montón de canijos que son capaces de subirse a un tobogán de dos pisos sin que se le dé ninguna importancia. De la misma forma que cuando años atrás iba con mis hijos mayores y de vez en cuando mirabas de reojo para comprobar que todo estaba bien. Esos mismos canijos, sin ninguna maldad, te recuerdan que aquí hay algo distinto cuando se quedan mirando esos raros artilugios que Fernando lleva en las piernas y que ayudan a vencer la falta de equilibrio. Todos tenemos días buenos y días menos buenos, pero en esos momentos me vienen a la cabeza casos de niños que hemos conocido durante este tiempo y que junto a sus familias les toca vivir situaciones más complicadas que la nuestra. Ahí acabo viendo el vaso medio lleno.
Últimamente se habla y se escribe mucho de la empatía. El hecho de ser empáticos lo consideramos como una virtud, es una forma de entender a las personas y comprender que no siempre tenemos que estar con una sonrisa en la cara. Hace unos meses me hicieron el símil de que sería como meterte en los zapatos del que tienes enfrente, lo que ocurre es que no todos calzamos el mismo número. En mi caso, puedo identificarme con otros padres que viven situaciones parecidas a la mía pero no con alguien que lleva años luchando con una enfermedad grave o con quien lleva muchos meses buscando un trabajo, porque por mucho que me cuenten yo no he pasado por ese trago.
En sus primeros meses de vida, antes de sufrir el infarto, Fernando había tenido una dermatitis muy agresiva que hacía que él mismo se produjera heridas al rascarse para aliviar el picor. En esos momentos esa era nuestra preocupación y llegó a quitarnos el sueño. Al poco tiempo ese sueño se vio afectado por las crisis epilépticas que sufrió hasta que dieron con la medicación que las pudo controlar. Creo que todos tenemos derecho a pensar que nuestro problema es el más importante, pero ese también es el momento de levantar la cabeza y ser un poco más conscientes de lo que le pasa al que tienes delante.
Desde hace unos días me asusta decir que soy padre de una mayor de edad, me asusta ver lo rápido que pasa todo pero al mismo tiempo me sigue ilusionando el futuro. Con el paso de los años vamos cumpliendo etapas y dentro de no mucho una de ellas debería ser que mis hijos volaran y que empezaran sus vidas independientes de la nuestra. Sé que con Fernando no será así, la que vivimos ahora mismo la está marcando una conducta que nos lleva al límite varias veces al día. Siempre quieres pensar que la situación no puede ir a peor, pero nunca dejas de sorprenderte. A nosotros nos tendrá hasta que las fuerzas aguanten pero cada vez soy más consciente del desgaste que producen estas situaciones en las personas y en las familias. A veces es muy complicado pensar que el paso del tiempo no traerá una solución definitiva.
A la larga aprendes a vivir de la forma en la que te ha tocado e intentas hacer una vida lo más “normal” posible. He disfrutado y sigo disfrutando mucho con mis hijos pero la atención que siempre ha requerido el pequeño hace que constantemente aflore el sentimiento de deuda con los otros dos. En definitiva, uno llega a la conclusión de que tenemos que sacar el máximo partido a los buenos momentos, que también los hay. Los que nos regala Fernando cuando “está de buenas” no tienen comparación con ningún otro.
Nunca he sido de hacer planes a largo plazo pero claro que me preocupa lo que pasará cuando nosotros no estemos. Afortunadamente, al ver que podrá contar con sus hermanos vuelvo a ver el vaso medio lleno.