Carmen Perdices

Hace 10 años un grupo de familias creamos una escuela de padres (El GP1) con el objetivo principal de formarnos para tener herramientas como educadores y así, en la medida de nuestras posibilidades, ser mejores padres. No  tengo muy claro si este objetivo lo vamos consiguiendo. Ahora que tengo hijos adolescentes me entran muchas dudas, sobre todo, aplicar la teoría a la práctica, a la hora de la verdad haces cosas  al revés. (Aprovecho este comentario para reconocer a los profesores y maestros su paciencia, entrega y profesionalidad)

Estos años de GP1 nos han servido para muchas cosas, para tener un grupo fantástico de amigos con una diversidad súper enriquecedora, para conocer a ponentes maravillosos que nos hablan de los temas que nos preocupan y además, buscamos momentos de risas, de mojitos, de deporte o simplemente,  momentos de conversación y compañía.

En una de nuestras reuniones Pilar Hernández nos dijo “He ido al colegio de mis hijos a una ponencia de una educadora llamada Carmen Perdices y ¡nos ha encantado! le he pedido el teléfono para que venga y nos dé una charla”

Así conocí a mi invitada de hoy. La llamamos y con su generosidad característica, a pesar de su poco tiempo y apretada agenda, decidió dedicarnos desinteresadamente, una tarde de sábado a un grupo de gente que no tenía ni idea de quienes éramos.

¡A todos nos encantó su charla sobre la adolescéncia! no solo por  lo que allí nos contó, sino porque  sacabas un montón de ejemplos para llevarte a casa y poderlos poner en práctica. Y es que Carmen es una profesional de estas vocacionales, a la que le encanta su trabajo. En toda su intervención la ves que lo vive, que tiene muy claro el poder de la educación, del respeto, de la diversidad y lo importante que todo esto es para el futuro de nuestros hijos.

Carmen es Profesora de Pedagogía Terapéutica. Además coordina para el Ministerio de Educación, múltiples proyectos y programas de educación, todos ellos dirigidos a alumnos, profesorado y familias. También es profesora dentro del Master Oficial de Formación del Profesorado de Educación Secundaria, Bachillerato, FP y Enseñanza de Idiomas de la Universidad Rey Juan Carlos. Así como, Profesora del Grado de Educación Primaria y de Educación Infantil de la misma universidad.

Su filantropía y su compromiso con la educación, también la llevan a llevar la Presidencia de la Asociación Mejora tú Escuela Pública y colaborar con múltiples proyectos y asociaciones. Pero sobre todo Carmen es madre de 4 hijos, que como dice ella, son los que le han hecho hacer “un Master en el Universo”.

Carmen es de estas personas que cuando la escuchas hablar y deduces en la conversación en los mil y un proyectos súper chulos que está metida, te preguntas  ¡¿Dónde saca el tiempo para todo esto?!  Y lo mejor es que cuanto más la conoces más te dices ¡de mayor quiero ser como Carmen Perdices!…

Al año de su primera charla en nuestro GP1 volvimos a tener la suerte de pasar una  tarde de sábado con Carmen, esta vez para hablarnos sobre el voluntariado en familia. La verdad que me encantó comprobar como cuando estas en plena educación de tus hijos, no sueles apreciar los frutos desde la cercanía, pero allí estaban nuestros hijos mayores expectantes, pues (nunca suelen estar presente en nuestras reuniones). Carmen les había convocado y ella a su vez  llevaba como ponentes a un grupo de jóvenes de entre 18 y 25 años que junto a sus hijos  nos hablaron de su experiencia en Calcuta, en comedores sociales de Madrid o de su colaboración con el Banco de Alimentos, todo ello compaginado con sus estudios. ¡Nos dejaron con la boca abierta! y lo mejor, que nuestros hijos les escucharon. Después de unos meses nos han pedido poder ir solos a los mismos comedores sociales que estos jóvenes comentaron y ¡Estamos encantados!

Muchas veces los padres nos desgastamos en charlas y más charlas y luego en 5 minutos el testimonio de una persona ajena a ellos, tiene mucho más impacto.

Gracias Carmen  por  tu generosidad, tu entrega y sobre todo,  por querer compartir todas esas miles de experiencias y sabiduría con todos nosotros. Es un privilegio para mí poder seguir compartiendo contigo algún café o un vinito, siempre acompañado de una buena y enriquecedora conversación.

Aquí os dejo el estupendo artículo de Carmen Perdices. ¡Que lo disfrutéis!

PD: Si queréis ver todos los cafés  y el porqué de esta sección, pincha aquí .

Recuerdo el día en que al salir de impartir una sesión sobre Educar con Buen Humor a padres de un colegio de Primaria, se me acercó una de las madres que habían asistido y me contó que pertenecía a un grupo de familias que se reunían periódicamente con el fin de formarse y compartir experiencias para mejorar como persona, esposos, padres… me invitó a acompañarles en una de esos encuentros y pudiéramos charlar sobre algún tema de educación en la adolescencia. Para mí fue un regalo encontrar un grupo de padres entregados con pasión a la educación de sus hijos y poder aprender de ellos. Unos padres que quieren educar  tirando de sus hijos  para arriba, unos padres espléndidos. Y en ese entorno es en el que conocí a Alicia Gracia.  Nos volvimos a encontrar un año después y me habló de sus proyectos, de su empresa y de este Tomando un café con… y aunque no me parece que yo pueda merecer ser objeto de esta atención, ella puso tanto interés e ilusión que es imposible decirle que no.

Byperson sólo el nombre ya es una declaración de intenciones, centrados en la persona. ¡Claro que sí! Encantada de apoyarte Alicia con lo que pueda ofrecerte. Es verdad que nos ha costado un poquito encontrar el hueco, la vida a veces se complica, pero al fin aquí estamos, tomando café. Gracias por esperarme Alicia y enhorabuena por tu trabajo y por la ilusión que pones en él y por darle un valor añadido, imprescindible para entender dónde está la raíz de la felicidad humana.

La educación de los hijos utilizando los valores de los superhéroes

De entre todos los superpoderes,  que pueden tener nuestros hijos el de ser buenas personas  sin duda es el más gratificante de todos.

Una manera divertida de educar a nuestros hijos es hacerlo a través de los valores que encarnan los superheroes que ellos admiran.

Si queremos que nuestros hijos sean personas válidas, íntegras, tenemos la obligación de ayudarles a desarrollar este superpoder que todos llevan dentro.

BATMAN: el superpoder de la FILANTROPIA

Para esto Batman es un ejemplo a seguir.  De entre todos los superhéroes es el único que carece de superpoderes sobrehumanos, y a pesar de todo es capaz de estar a la altura de las circunstancias cuando así lo requieren.

Es un ejemplo de la increíble capacidad que tiene el ser humano de adaptarse a las circunstancias y de lograr lo que se proponga, Batman es el resultado de una determinación muy férrea a la hora de intentar alcanzar sus objetivos. Domina todas las artes marciales y desarrolla una capacidad deductiva que le sirve para ser uno de los mejores detectives de la historia del cómic.

La historia de Batman es bastante conocida.

Batman es Bruce Wayne, un millonario filántropo que siendo niño es testigo del asesinato de sus padres. Se cría huérfano tutelado por el mayordomo de la familia,  Alfred. A medida que crece se propone luchar contra el crimen para ello se somete a un férreo entrenamiento.

De este superhéroe podemos destacar algunos aspectos que convertiremos en superpoderes para nuestros hijos.

El superpoder de la filantropía: un superpoder muy humano.

La filantropía es la ayuda desinteresada a los demás, el amor al género humano. Si bien todos los superhéroes se preocupan por la justicia, combatir el mal, Batman dona grandes cantidades de dinero para buenas causas sin esperar nada, puede que este superpoder esté asociado a qué Wayne es humano y es capaz de entender mejor las necesidades sus congéneres.

Pero el aspecto a tener en cuenta a la hora de insertar esta mentalidad a nuestros hijos, es el hecho de que Batman hereda esta característica de sus padres.

Si queremos que nuestros hijos sepan valorar el mundo en el que crecen, es necesario abrir los ojos al mundo que desconocen.

Valoramos mucho más lo que nos falta qué aquello que ya hemos logrado.

Si nuestros hijos no dejan de oír y de ver en casa nunca estamos satisfechos con lo que hemos logrado y con las posiciones que tenemos, es normal que ellos hagan lo mismo e interioricen la emoción de estar incompletos e insatisfechos constantemente.

Para ello es necesario, que sepa, que experimente, que sean conscientes de las necesidades que muchas personas tienen a diario alrededor suya. Todos tenemos en nuestras ciudades asociaciones de personas que dedican su tiempo a ayudar a los mas desfavorecidos. Es muy recomendable que nuestros hijos sean testigos, y a ser  hacer posible, también colaboren en alguna de estas obras y asociaciones sin ánimo de lucro… para que salgan de la burbuja consumista.

El objetivo es dotarlos del poder de la filantropía desde que son pequeños. Lograr despertar en ellos una necesidad de ayudar desinteresadamente al prójimo. Si bien el poder de la filantropía es desinteresado, las consecuencias de que ellos logren desarrollarlo son maravillosas. Se sentirán útiles para los demás, serán capaces de hacer cosas por otras personas que valorarán lo que hace y una persona que se siente útil para otras, aumentará la valoración sobre si misma.

En segundo lugar, otra de las maravillosas consecuencias que tiene la adquisición de la filantropía a la hora de educar personalidades equilibradas, este incremento de felicidad interna  y un sentimiento de agradecimiento hacia la vida que disfrutan cada día. Y tenemos que hacerles ver que ese sentimiento de agradecimiento es muy importante. La filantropía les hará más felices por el hecho de saber que desear lo que no tienen, no es tan importante como valorar debidamente lo que tienen.

BATMAN: el superpoder de la VALENTÍA

A Batman le han traumatizado dos momentos importantes:  el primero es cuando presencia, con ocho años el asesinato de sus padres y el segundo es la caída en un pozo lleno de murciélagos que le proporcionará un miedo irracional hacia los mismos. Tendrá que aprender a vivir con sus miedos,  y a lo largo de los años Batman muestra, no sólo haber superado estos traumas, sino que además,  en el caso de los murciélagos, los convierte en icono y aliados de su causa.

Nuestros hijos irán desarrollando diversos temores a lo largo de su vida. No siempre somos capaces de realizar el ejercicio de empatía que requiere tratar de entender las emociones de pánico,  de terror irracional o miedo que nos paralizan, pero esta es una obligación que tenemos que imponernos si queremos que ellos sean capaces de superar esos miedos.

Luchar contra los miedos, intentar superarlos y enfrentarse a ellos, incluso si no lo consiguen, es todo gesto de valentía que tenemos que aplaudir a diario. Usar la razón para que se den cuenta de lo absurdo de su situación no siempre soluciona el problema, pero a pesar de esto es importante que sean conscientes de la irracionalidad de su miedo.  Tenemos que afrontar los problemas desde otra perspectiva, hay que tratar de comprenderlo emocionalmente hablando. Para estos casos, acompañarlos en el sufrimiento que tienen y enfrentarse conjuntamente al pánico siempre es un alivio.  Les ayudamos acompañándolos y cuando se tenga que enfrentar, con el paso del tiempo, al igual que le pasó a Bruce Wayne, veremos que terminan superándolos.

Artículo publicado originalmente en la Revista Siquem nº 31. Junio 2017

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