Catherine L’Ecuyer

Hasta que no aparecieron en mi vida mis dos tesoros, Álvaro de 15 años, y Lucía de 13, no había prestado atención a la importancia que tiene la educación en el desarrollo de nuestros hijos y en nuestras vidas como padres, trabajadores o meros ciudadanos.

Muchas veces, en nuestro afán de hacer felices a nuestros hijos, de sumarnos al carro social, no nos damos cuenta de lo importante que es pararse a pensar que, no sólo tenemos un compromiso en su desarrollo personal, emocional y educativo, sino que también tenemos una gran responsabilidad social. De ellos depende la prosperidad o el deterioro de una sociedad que, precisamente en la actualidad, no atraviesa por uno de sus mejores momentos.

Ahora en la sociedad y en las empresas vivimos tiempos convulsos y de cambios, tiempos en los que nos damos cuenta de que ya no sirven los modelos que estaban implantados, donde tenemos la impresión de que la corrupción y el desánimo se ha instalado en nuestras vidas y es aquí donde nace la necesidad de crear Empresas con valores, pero de los de verdad. Empresas en las que la gente se sienta orgullosa de trabajar. Las grandes compañías están invirtiendo mucho en RSC, o en convertirse en The Best Place to Work. Y precisamente mi inquietud en el tema educativo me ha llevado a plantear en diversos foros de empresarios la siguiente pregunta:

¿No creen ustedes que, además de concienciar a los adultos en hacer las cosas mejor, no deberíamos a la vez modificar cosas en nuestras familias y nuestras aulas?

Fue mi amiga María José, madre de 3 hijos, antigua ejecutiva de IBM y en la actualidad profesora de bachillerato quien, a través de su inquietud de cambiar las cosas, me habló de mi invitada de hoy: Catherine L’Ecuyer. ¡Mil gracias por este descubrimiento!

Si te inquietan cuestiones como ¿Por qué hay tanto fracaso escolar? o Mi hijo, a pesar de tener la habitación repleta ¿por qué se siente tan infeliz? y además osa decirnos mamá, papá me aburro … no dejes de entrar en su blog, es toda una escuela.

Llevo más de 20 años viendo en las entrevistas de trabajo gente tremendamente brillante académicamente, a las que nadie les enseñó inteligencia emocional o la importancia que tienen las habilidades sociales. En muchos casos, nadie se paró a trabajar sus dones y talentos y a orientarles en ser felices con lo que son. Nadie les ha dicho que, personas como Rafael Nadal o Pablo Gasol hay un puñado en todo el planeta y que, además se trata de figuras que se caracterizan por mantener una vida de esfuerzo constante, sacrificando muchos aspectos de su vida en pos del éxito y el reconocimiento social. Aunque también hubo un primer día que confiaron y decidieron trabajar sus dones.

Desde byperson os animamos a implicaros socialmente y comprobar cómo realizando pequeños cambios en vuestro entorno, el efecto dominó funciona.

Mil gracias Catherine porque, a pesar del poco tiempo que te he dado y tu apretada agenda, has aceptado este café en la distancia. Buscaremos un momento para inmortalizar una foto juntas.

Creo que celebrar este sábado, Día del Libro y día que lanzamos nuestra marca byperson, recomendándoos sus deliciosos y esperanzadores libros: Educar en el asombro (que suma 17 ediciones) y el recién publicado Educar en la realidad  (3ª edición) diciendo a nuestros políticos y agentes sociales que velan por la educación de nuestros hijos, que no estamos haciendo las cosas nada de bien, es todo un lujo.

Aquí os dejo el estupendo artículo de Catherine L’Ecuyer. ¡Que lo disfrutéis!


Altos mandos de empresas tecnológicas mandan a sus hijos a colegios que hacen bandera de no usar tecnología.

Altos directivos de empresas tecnológicas multinacionales establecidas en Silicon Valley –lugar conocido por ser cuna de las invenciones tecnológicas y epicentro de la economía tecnológica a nivel mundial- mandan a sus hijos a un colegio de élite que hace bandera de no utilizar tecnología en sus aulas (ver noticia NYTimes).

Los padres trabajan en eBay, Google, Apple, Yahoo y Hewlett-Packard. ¡Y sus hijos nunca han utilizado Google! Escriben con lápiz y papel y sus profesores utilizan una pizarra tradicional. No hay ni una pantalla en todo el colegio y el colegio desincentiva su uso en casa.

clase1¿El argumento? El ordenador impide el pensamiento crítico, deshumaniza el aprendizaje, inhibe interacción humana y acorta el tiempo de atención de los alumnos. Uno de los padres, el Sr Eagle, graduado en tecnología y alto mando en Google, dice: “Mi hija de quinto de primaria no sabe cómo usar Google y mi hijo de tercero de segundaria está empezando a aprender. La tecnología tiene su tiempo y su lugar (…) Es súper fácil. Es como aprender a usar pasta de dientes. En Google y en todos estos sitios, hacemos la tecnología tan fácil que lo puede usar cualquier persona. No hay razón por la cual los niños no puedan aprenderlo cuando sea mayores”.

Hasta la fecha, no existe estudio que apunte a beneficios derivados de la utilización de los ordenadores en las aulas escolares. Es más, el uso de las pantallas ha sido relacionado, más de una vez, con problemas de aprendizaje y déficit de atención. También existe el riesgo de que nuestros hijos lleguen a confundir el mundo digital con el mundo real. Hace poco, un profesor en un colegio en Catalunya decía a sus alumnos de 6 años: “Hoy no podemos hacer religión porque no han llegado los ordenadores y religión se hace en la pantalla digital”. ¿Es que Dios sólo existe cuando la pantalla está encendida?, pensarán aquellos niños.

Llevemos la reflexión un paso más allá. ¿Somos completamente dependientes del entorno? Eso es lo que dice el modelo mecanicista que considera a la persona, perdonad lo gráfico de la analogía, como un “cubo de basura”: soló entra lo que le echas. Los niños educados según este modelo van al cine, al cole, a sus extraescolares, andando por la vida pensando eso: “a ver lo que me echan”. No. No somos completamente dependientes del entorno, pero estamos a la expectativa de ello. Eso nos lo dicen la neurociencia y la filosofía, por lo menos. “El asombro es el deseo por conocer”, decía Tomás de Aquino. Por lo que, sin tratar de demonizar las nuevas tecnologías –quien habla en estos términos ha entendido bien poco de lo que está en juego al intentar retrasar su uso en la infancia-, hemos de poner en cuestión todo aquello que ahogue este asombro, este empuje que nace desde dentro del niño y que lo hace cuestionarse, interesarse, imaginarse, buscar, averiguar, inventar…; en definitiva, capaz de pensar, que es lo propio de la persona humana.

¡Felicidades byperson por esos 10 años!

Foto de Catherine L’Ecuyer ©Pere Tordera

Canadiense afincada en Barcelona, conferenciante y autora de Educar en el asombro, ‘bestseller educativo de los últimos años’ según la revista Magisterio, y del recién estrenado Educar en la realidad sobre el uso de las nuevas tecnologías en la infancia y en la adolescencia. Considerada ‘una de las voces más respetadas en el mundo de la educación en España’ (Actualidad Docente). En septiembre de 2014, la revista Frontiers in Human Neuroscience publicó su artículo «The Wonder Approach to Learning», que convierte la tesis de su libro en una nueva hipótesis / teoría del aprendizaje. Colabora actualmente con el grupo de investigación Mente Cerebro del ICS de la UNAV y con Radio Nacional de España.
Su blog ha recibido más de medio millón de visitas. En 2015, recibió el premio «Pajarita de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes”, por promocionar la cultura del juego en los medios de comunicación y fue invitada a comparecer ante la Comisión de Educación del Congreso
de Diputados para presentar su visión de la educación.

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